miércoles, 16 de marzo de 2011

Sobre la escollera de Maspalomas


El principio de Peter dice que toda persona que se promociona en cualquier organización, alcanza siempre su nivel de incompetencia. Pues bien, en Canarias al mismo tiempo que muchos políticos han  alcanzado  el  máximo nivel de incompetencia, el sistema organizativo y administrativo está llegando al máximo nivel de inoperatividad.

¿Cómo es posible que para la construcción de una escollera en el Faro de Maspalomas, con objeto de facilitar el tránsito de miles de turistas,  tengan que intervenir, la demarcación de costas, el cabildo, el consorcio, el ayuntamiento de S. Bartolome de Tirajana, ecologistas y colectivos vecinales? Es imposible tomar una decisión operativa en esas condiciones.  Es imposible llegar a acuerdos cuando lo que prima es el afán de protagonismo y el rédito electoral.  Tenemos que apostar por otras soluciones, por tomar decisiones radicales, por cambiar ese tinglado administrativo  y burocrático que impide que prevalezca el sentido común y la sensatez

Sabiendo que el motor económico de la isla es el turismo y que la calidad, esa de la que tanto hablan los políticos de turno,  está ligada a los servicios y que éstos los presta fundamentalmente el ayuntamiento,  lo razonable sería o bien que todos los Grancanarios tuviésemos derecho a votar en el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, o bien que los enclaves turísticos  y sus competencias pasasen a depender directamente del Cabildo.  Ahí queda.

Pero mientras se produce ese cambio estructural del organigrama administrativo y competencial de Canarias, es urgente arreglar de forma puntual ese desastre,  natural y artificial a la vez, en el que se ha convertido la playa de Maspalomas.  Es tan urgente y tan evidente la solución,  que la demarcación de costas considera que no hace falta un informe de impacto medio-ambiental. 

Sra. Alcadesa de San Bartolome de Tirajana, aunque  a usted  solo la voten en Tunte, usted con sus decisiones  está perjudicando a todos los habitantes de la isla, pues todos tenemos directa o indirectamente intereses en el sector turístico. Y lo que es más importante a todos los grancanarios nos duele  Maspalomas.